sábado, 28 de julio de 2012

Las Ninfas, Guardianas de la naturaleza

 
  Estas son seres fantásticos y principales ya que tienen dominio en toda la naturaleza.
Bellas, muy Hermosas, con cabellos largos y cuerpos preciosos. Las ninfas se reflejan en la mitología clásica como seres subalternos que llenaban el universo.
  Las ninfas viven en montañas y arboledas, al lado de fuentes y los ríos, pero también en árboles, valles y grutas. Se las asocia con frecuencia a las divinidades superiores: en especial a la cazadora Artemisa, al profético Apolo, al juerguista dios del vino Dionisio o a dioses rústicos como Pan y Hermes.
  El tópico de la unión simbólica entre una ninfa y un patriarca –a menudo personaje epónimo de un pueblo– se repite sin fin en los mitos griegos sobre la fundación de ciudades; la función de esta unión era otorgar autoridad y reconocimiento al linaje del rey y de su descendencia.
  La idea de que los ríos son dioses y de que las fuentes son ninfas divinas está profundamente arraigada no sólo en la poesía antigua sino también en las creencias y rituales. Estas deidades están identificadas inseparablemente con lugares físicos y muchas veces se convierten en metáfora de las fuerzas emergentes de la Naturaleza y de la fluidez acuática.
  Sin embargo, otras interpretaciones sugieren que el vocablo ninfa es una variante de las voces del latín nubere y del alemán Knospe, por su raíz semántica que expresa la idea de evolución, crecimiento, apertura.
 

Clasificación de las Ninfas:
A continuación señalamos la clasificación habitual de las ninfas:
  Entre las ninfas de la Tierra (Epigeas) encontramos las Alseides (de las cañadas y arboledas), las Auloníades (ninfas de los pastos) y el gran grupo de Hespérides, ninfas del Ocaso e hijas de Atlas, subclasificadas en Aretusa, Eriteia, Héspera o Saraesa (a ninfa de la brisa o del viento hermoso), entre otras. Podemos citar también, entre las ninfas terrestres, a Limónides (que representa a los prados), a Minte (menta), Napeas (valles, montañas y cañadas) así como a Oréades, ninfa de las grutas.
  Luego, entre las ninfas de la Madera, encontramos a las famosas Dríades (ninfas de los árboles) a su vez clasificadas en Hamadríades (ninfas de los robles), Melíades (ninfas del manzano), Leuces (ninfas de los álamos blancos), entre otras. Las margaritas son las flores favoritas de las ninfas de la madera.
  Con respecto a las ninfas acuáticas –también conocidas como Efidríades– podemos mencionar a Maia (pareja de Zeus y madre de Hermes), a las náyades (generalmente ninfas del agua dulce), a Creneas (de las fuentes), Eleionomae (de los pantanos), Híades (de la lluvia), Limnades o Limnátides (de los lagos), Pegeas (de los ríos y manantiales), Nereidas –las hijas de Nereo, el Mar Mediterráneo– y, por último, las Oceánidas, hijas de Océano y Tetis, ninfas generalmente de aguas saladas.
  Finalmente nos queda mencionar otras ninfas conocidas como las Musas, las Lampadas (del Inframundo) o las Pléyades, hijas de Atlas y las constelaciones.


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