Estas son seres
fantásticos y principales ya que tienen dominio en toda la naturaleza.
Bellas, muy Hermosas, con cabellos largos y cuerpos preciosos. Las ninfas se reflejan en la mitología clásica como seres subalternos que llenaban el universo.
Bellas, muy Hermosas, con cabellos largos y cuerpos preciosos. Las ninfas se reflejan en la mitología clásica como seres subalternos que llenaban el universo.
Las ninfas viven en
montañas y arboledas, al lado de fuentes y los ríos, pero también en árboles,
valles y grutas. Se las asocia con frecuencia a las divinidades superiores: en
especial a la cazadora Artemisa,
al profético Apolo, al juerguista dios del vino Dionisio o a dioses rústicos como Pan y Hermes.
El tópico de
la unión simbólica entre una ninfa
y un patriarca –a menudo personaje epónimo de un pueblo– se repite sin fin en
los mitos griegos sobre la fundación de ciudades; la función de esta unión era
otorgar autoridad y reconocimiento al linaje del rey y de su descendencia.
La idea de que
los ríos son dioses y de que las fuentes son ninfas divinas está profundamente arraigada no sólo en la
poesía antigua sino también en las creencias y rituales. Estas deidades están
identificadas inseparablemente con lugares físicos y muchas veces se convierten
en metáfora de las fuerzas emergentes de la Naturaleza y de la fluidez
acuática.
Sin embargo,
otras interpretaciones sugieren que el vocablo ninfa es una variante de las voces del latín
nubere y del alemán Knospe, por su
raíz semántica que expresa la idea de evolución, crecimiento, apertura.
Clasificación
de las Ninfas:
A continuación señalamos la clasificación habitual de
las ninfas:
Entre las
ninfas de la Tierra (Epigeas) encontramos las Alseides (de las cañadas y arboledas), las Auloníades (ninfas de los pastos) y el gran grupo
de Hespérides, ninfas del Ocaso e hijas de Atlas, subclasificadas en Aretusa, Eriteia, Héspera o Saraesa (a ninfa de
la brisa o del viento hermoso), entre otras. Podemos citar también, entre las
ninfas terrestres, a Limónides (que representa a los prados), a Minte (menta),
Napeas (valles, montañas y cañadas) así como a Oréades, ninfa de las grutas.
Luego, entre
las ninfas de la Madera, encontramos a las famosas Dríades (ninfas de los
árboles) a su vez clasificadas en Hamadríades
(ninfas de los robles), Melíades
(ninfas del manzano), Leuces (ninfas
de los álamos blancos), entre otras. Las
margaritas son las flores favoritas de las ninfas de la madera.
Con respecto a
las ninfas acuáticas –también
conocidas como Efidríades–
podemos mencionar a Maia (pareja de Zeus y madre de Hermes), a las náyades
(generalmente ninfas del agua dulce), a Creneas
(de las fuentes), Eleionomae
(de los pantanos), Híades (de la lluvia), Limnades o Limnátides (de los lagos), Pegeas (de los ríos y manantiales),
Nereidas –las hijas de Nereo, el Mar
Mediterráneo– y, por último, las Oceánidas, hijas de Océano y Tetis,
ninfas generalmente de aguas saladas.
Finalmente nos
queda mencionar otras ninfas conocidas como las Musas, las Lampadas (del
Inframundo) o las Pléyades,
hijas de Atlas y las
constelaciones.
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